Archivo mensual: abril 2014

La contradictoria historia de la plantación de blancas en Rioja

Cepas de la variedad viura en Entrena

Cepas de la variedad viura en Entrena

Recuerdo que por esta época del año, hace justo cuatro décadas, me tocó tirar de herrón y hacer los 1.500 hoyos en los que mi padre hincó otras tantas cepas de la variedad blanca viura. Durante ese año 1974 se bonificaba a los viticultores con cinco pesetas por cada cepa de uva blanca que plantaran. Al margen de esta anécdota personal, ahora que parece estar más de moda hablar de los vinos blancos en esta Denominación, resulta realmente curioso observar la evolución histórica más reciente del viñedo de uva blanca en Rioja y las relaciones de amor y odio que se han venido sucediendo.

El 22 de enero del año 1966 Consejo Regulador decidió primar la plantación de uva blanca con una peseta por cepa, pero tan solo en la zona de la Rioja Alta y Media. La prima alcanzó las 5 pesetas por cepa en 1969 y los fondos para pagarlas se obtenían mediante cánones a la importación de vinos blancos, asuntos ambos que fueron objeto de muchas discusiones en las reuniones del Pleno del Consejo a lo largo de los años siguientes. Las bonificaciones por plantaciones de uva blanca se mantuvieron hasta el año 1977, en que el Consejo decide suprimirlas. Es más, tan solo dos años más tarde el Consejo Regulador comenzó a informar desfavorablemente las plantaciones, replantaciones y sustituciones de viñedo con variedades blancas. En el Pleno de octubre de 1984 se confirmó el acuerdo tomado en 1978 por el que se limitaba la autorización para plantar variedades blancas hasta el 20% de la superficie total del viñedo del titular.

Las medidas restrictivas culminaron con el acuerdo del 6 de marzo del año 1992 por el que el Consejo decidió suspender temporalmente el informe favorable a toda solicitud de plantación, replantación o sustitución de viñedos con variedades blancas. Tan solo hubo una cierta apertura a la prohibición en 1999, pues ante la evidente pérdida de diversificación genética en las variedades blancas existentes en la Denominación (el 96 por 100 era de la variedad viura), el Consejo acordó autorizar la replantación del viñedo blanco ya existente que fuera arrancado con las variedades Garnacha blanca y Malvasía de Rioja.

Y en estas estábamos hasta que se encendieron las alarmas y el propio plan estratégico de Rioja 2005-2020 evidenciaba la reducción de la superficie de viñedo de uva blanca y la creciente demanda en los mercados de vinos blancos, plateando la necesidad de adoptar medidas que renovaran y ampliaran la oferta de este tipo de vinos en Rioja. Así llegaron en enero de 2007 los acuerdos del Consejo Regulador para autorizar nuevas variedades blancas por primera vez desde la creación de la Denominación, incorporando las conocidas internacionalmente Chardonnay, Sauvignon blanc y Verdejo, así como las autóctonas Maturana blanca, Tempranillo blanco y Turruntés.

Después vino la solicitud en 2009 a las Administraciones Públicas para que concedieran nuevas plantaciones exclusivamente para blancas, pues nadie quería sustituir las variedades tintas por las blancas. Con la crisis económica de por medio, han pasado más de ocho años desde que se definió la nueva estrategia de vinos blancos en Rioja hasta que realmente se le ha hincado el diente y se ha comenzado a plantar. Veremos si no se ha llegado tarde y el tren ha pasado ya de largo, aprovechando otros lo que no se hizo aquí a su debido tiempo. (Texto: Javier Pascual / director de La Prensa del Rioja)

 

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