Archivo mensual: octubre 2016

Expresión auténtica y renovada

El jurado del Concurso de Vinos de Cosecheros de La Rioja, con el presidente del Consejo Regulador y el director de la Fundación Caja Rioja, promotora del concurso.

El jurado del Concurso de Vinos de Cosecheros de La Rioja, con el presidente del Consejo Regulador y el director de la Fundación Caja Rioja, promotora del concurso.

Asistimos hoy a una revisión de conceptos vitivinícolas que están devolviendo protagonismo a esos vinos que antaño denominábamos de ‘cosechero’, vinos que nos acercan al territorio, al paisaje, y cuya ‘autenticidad’ y ‘artesanía’ les reportó una buena consideración en los años setenta y ochenta, pasando el concepto ‘cosechero’ al ostracismo tras la revolución que experimentó el mundo del vino desde mitad de los años noventa. Este año se han cumplido 26 ediciones del Concurso de Vinos de Cosecheros de La Rioja, impulsado por la Fundación Caja Rioja con el objetivo de promocionar los vinos jóvenes elaborados y comercializados por viticultores. El número de pequeñas bodegas de cosechero y cooperativas que se decidían a embotellar y comercializar sus vinos con marca propia fue creciendo exponencialmente. San Vicente de la Sonsierra, Sotés y San Asensio se alzaron respectivamente con el primer puesto en tintos, blancos y claretes en la primera edición del concurso. Un resultado que podía encajar perfectamente con el ‘cliché’ que en aquella época se tenía del tipo de vinos más característico de cada localidad.

¡Cómo han cambiado las cosas desde entonces! En la viticultura, en la elaboración y, en definitiva, en la calidad de los vinos como resultado final de todas esas transformaciones. La nueva generación de viticultores riojanos, profesionales preparados al más alto nivel, han vuelto la mirada a los orígenes y están impulsando una oferta renovada de vinos dotados con la personalidad de sus viñedos de procedencia, una versión muy mejorada y, sobre todo, dignificada, de los ‘vinos de cosechero’ que hacían sus padres. Estos vinos de los productores vitivinícolas son la expresión más auténtica del terruño y de nuestros pueblos, conceptos que ahora hacen furor entre los gurús del vino y que incluso podrían convertirse en un futuro próximo en nuevas categorías reconocidas en el etiquetado.

La recién nacida Cata del Barrio de la Estación de Haro nos ha ofrecido en su segunda edición una fantástica muestra de lo que también representa la expresión más auténtica (y renovada) del rioja con mayúsculas, de los vinos que han hecho grande a esta denominación. Son los vinos de las bodegas centenarias que alumbraron la propia Denominación de Origen y que, como sus propias marcas indican en algunos casos (Viña Pomal, Viña Tondonia…), proceden de viñedos y parajes que les proporcionan un carácter, pero que ante todo son fruto de la mano del hombre, porque todos ellos se elaboran mediante ensamblaje de variedades y parcelas, a veces de un mismo entorno, a veces de parajes muy distantes. El experto prescriptor Pedro Ballesteros tuvo la feliz idea de ofrecernos en esta segunda edición de la cata los vinos base que conformarán el ensamblaje de una de las marcas emblemáticas de cada una de las siete bodegas del Barrio de la Estación. Y dejó claro que estos vinos, máxima expresión de creatividad, no deben considerarse de inferior categoría a los de una finca o viñedo singular, como acredita su extraordinaria calidad. (Texto: Javier Pascual / director de La Prensa del Rioja)

 

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